La cofradía de Los Negritos de Huánuco es una
expresión artística popular que se se remonta a la época colonia cuando los
esclavos negros eran traídos del África para realizar trabajos rudos en las
haciendas de Huánuco. Cuenta la tradición que viviendo en su esclavitud sólo
eran permitidos de celebrar y danzar los días de Navidad donde los negros se
ataviaban de plumas arrastrando sus cadenas en un baile de saltos y piruetas.
Un dato más que refuerza la idea de celebrar en diciembre, es la abolición de
la esclavitud dada a inicios de dicho mes donde se cuenta que diversas
cuadrillas de negros salen a las calles a bailar tal como lo hacían en Navidad.
Esas diversas cofradías de negros han sido la base para las actuales cofradías
de negros que existen actualmente en todo Huánuco y en Lima con la posterior
migración ocurrida a mediados del siglo pasado.
Cada cofradía de negros tiene su particularidad. La cofradía de Negros de Tomayquichua es una de las más vistosas, cadenciosas, cautivadoras y contagiantes. De allí que la tradición de su danza permanezca inmutable con el paso de los años. De hecho, la Cofradía del Niño Jesús de Tomayquichua se conforma por un grupo de hasta 4 generaciones tanto tomayquichuinos como limeños que se unen por una devoción al Niño Jesús y por una pasión a la danza que se dice “se lleva en la sangre”.
En Huánuco, esta danza va evocando a través del
ritmo candencioso, el esplendor de pasadas épocas virreinales y el trabajo en
los campos agrícolas. También constituye una expresión genuina de la alegría
por su libertad y emancipación.
CARNAVAL HUANUQUEÑO
Danzas, música, pasacalles, cortes de árboles y muy buena comida caracterizan a los carnavales de Huánuco. Durante los tres días que dura la festividad, las familias salen a las calles y plazas a bailar y entonar las canciones compuestas especialmente para la ocasión.
En esta época, las penas y las tristezas están prohibidas, es tiempo de reír y de celebrar.
TRADICIONES
El juego “Los Compadres” y “Las Comadres” son toda una simbología. En estos se entregan las huahuas (pan de harina) a los padrinos del carnaval, quienes deben vestirlos como bebés para que sean bautizados por un “sacerdote y un sacristán” que hacen reír a los asistentes con sus divertidas ocurrencias. Los bautizos muchas veces terminan convirtiéndose en compadrazgos. Un lazo inquebrantable entre los huanuqueños.
El corte del árbol es el momento más esperado por propios y extraños. Consiste en derribar un árbol de pacae adornado con canastas, pañuelos de colores, serpentinas, globos, frutas, panes, entre otros objetos.
La población baila a su alrededor y entre juegos y tragos van cortándolo.
Sin duda, una fiesta llena de color y diversión, que no te lo puedes perder.
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